martes, 24 de agosto de 2010

Luna llena


La luna, ese satélite natural de la tierra, que gira alrededor de esta en órbita elíptica a una distancia media de 384000 km, con una velocidad media de 1,02 km/s y con un periodo de rotación que coincide con el de revolución de 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11,5 segundos. No tienen atmósfera, y las temperaturas oscilan entre -150 grados Celsius y 130 grados Celsius. ¿No es maravillosa?
A la luz de la luna suceden los sucesos más importantes de nuestra vida, y también los más bonitos: nuestra graduación, nuestro primer beso… A la luz de la luna, aquella persona te abrazó por primera vez, y sentiste como el corazón te mostró que estáis hechos para ser felices juntos, para ser los mejores amigos nunca vistos, para ser Quijote y Sancho, Mario y Luigi, Zack y Cody, Phineas y Ferb, para ser las personas más felices del mundo, juntos, como dos gotas de agua, que corren juntas por el río para llegar al mar, en el que pueden separarse o vivir eternamente juntos. Pero no solo por eso la luna es genial.
Para mí la luna es ese sueño inalcanzable, para la mayor parte del mundo, pero que unos pocos consiguen alcanzar. Es esa meta que nos ponemos, esa que nos deja morir en paz. Muy poca gente consigue que ese sueño personal, esa luna, se haga realidad, y entonces esas personas consiguen la felicidad eterna. Hay también quien no tiene esa luna bien definida, quien no sabe cuál es su objetivo último. A esa gente, la vida le demuestra que la luna solo es una ilusión, que es algo inalcanzable. A mí me pasa eso, pero intento borrarme esa idea de la cabeza, intento encontrar una misión, un objetivo, una luna. Muchas son las razones que me hacen mirar a la luna con una gran admiración, muchas son las razones por las que me emociono cada vez que hay luna llena, muchas son las razones por las que me gusta hablar de la luna.
¿Alguna vez te has dado cuenta de cómo estaba la luna aquella noche? ¿Y la otra? ¿Y ayer? Siempre que me ocurre algo especial hay luna llena. Los días de luna llena son mis favoritos del mes, porque siempre soy “algo” afortunado. Ayer hubo luna llena, y conseguí que te dieras cuenta de que no eres perfecto, de que, al igual que yo, no puedes vivir sin mí, pues estamos hechos para eso, para ser la dupla perfecta, para ser como esa bacteria benigna que hace que cierto organismo funcione mejor, para hacer que el otro sea mejor, para así ser felices los dos. ¿Cuándo se te olvidó que yo también quiero ser feliz? Y aunque ahora estoy medio bien, sabes perfectamente que hacer para que sea más feliz, para que la luna brille con más fuerza para mí.
Siempre que observo la luna llena, a solas, mis ojos irradian rabia, lloro, me siento peor conmigo mismo. Me odio, no sé que debo hacer para que todo lo que hago no desencadene mierda y más mierda, no sé que hacer para que entre tú y yo haya ese buen rollo que debería haber, ese buen rollo que tienes con otros, ese buen rollo que las parejas como Sancho y Quijote, Phineas y Ferb, etc. tienen. Eso es lo que quiero, que seamos felices juntos, aunque tu tengas tu vida y yo la mía. Quiero que volvamos a ser como antes.

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