martes, 30 de octubre de 2012

Mono de feria

Otra vez la misma mierda. Te vas de fiesta con él, tu mejor amigo, y siempre te hace lo mismo. ¿Por qué? ¿Por qué tiene que ridiculizarte para ensalzar su figura? ¿Por qué tiene que utilizarte como ejemplo de todo lo malo que hay en su vida? Te preparas algo caliente: un café, un té, un cola-cao; te vas al ordenador, ves las fotos del día anterior. Lloras.
Siempre en la intimidad es el mejor amigo del mundo, pero cuando esa intimidad se rompe por el ruido de personas del exterior, la intimidad se ve afectada, siempre en tu contra. Siempre tienes que ser tú el último mono, siempre tienes que ser tú el ejemplo de lo que está mal. ¿Por qué? ¿Qué has hecho tú para merecer eso? Quizás tu forma de ver la vida no casa con lo que piensan los demás. Quizás, como no te gusta darte autopublicidad, tu imagen siempre sea la afectada. Quizás sea una sucesión de errores nacida de tu forma de comunicarte. No lo sabes. Quizás nunca llegues a saberlo. Quizás cuando llegues a dilucidar por qué todo esto te ocurre a ti ya sea demasiado tarde, porque puede que, cuando ocurra ese momento, tú ya estés bajo tierra, o en un asilo, o en un psiquiátrico.
Y pasa que también te das cuenta de que el material que intenta vender tu análogo es solo una versión barata de lo que tu haces desde hace más tiempo, solo que él lo vende mejor. Bueno, lo vende. Porque tú en el fondo eres un tradicional que piensas que lo bueno gusta por que sí, y que lo bueno, siempre, llega a lo más alto, aunque no tenga medios para llegar tan alto. Pero sin esos medios nunca vas a llegar a lo que quieres lograr. Nunca vas a conseguir que la gente te respete, que seas ese amigo de verdad, ese amigo que quieres ser, sino el mono de feria. Quizás el respeto lo pierdes tú, no te lo quitan (que es lo que piensas).
Pero claro, ahora llegas al momento en el que no sabes lo que tienes que cambiar. ¿Hablas demasiado o demasiado poco? ¿Haces chistes muy básicos o tu humor es algo más sofisticado? ¿Prefieres ser ridiculizado que ridiculizar? Pues no vas por buen camino. Porque, aunque no lo quieras admitir, sabes que un día vas a explotar, y ese que crees que es uno de tus mejores amigos y que te humilla para conseguir fama va a acabar mal parado, porque vas a hacerle daño, y con ello te vas a hacerte daño tú. Vuelves a saber cómo actuar. Porque puedes decirle que no te gusta lo que hace, pero sabes que no va a cambiar. Puedes seguir pasando del tema, pero sabes que un día va a explotar. Y puedes evitar las reuniones demasiado concurridas con él, pero es tu amigo y sabes que eso no puede pasar muy a menudo.
No sabes qué hacer. Te vas a la cama. Das vueltas sobre el mismo tema. Te rayas, como siempre. No puedes dormirte. Sigues dándole vueltas al tema. Al final, sin darte cuenta, de repente es por la mañana y otro día comienza. Quizás las cosas sean hoy diferentes, pero no tienes demasiadas esperanzas puestas en ello.