lunes, 19 de diciembre de 2011

Blanca elegancia

Blanco. Dorado. Rojo. Verde. La Navidad llega. Época de vacaciones para la mayor parte del mundo. Fiestas. Muchas fiestas. Todo el mundo espera estas fechas para festejar por todo lo alto, a veces por inercia. Últimamente, la gente está perdiendo la concepción del vocablo NAVIDAD. Hoy en día, todo el mundo lo asocia a términos como: vacaciones, fiesta, champagne. En parte es esto, pero hay acepciones intrínsecas que muchos olvidan. La familia, la primera de esas. La navidad es una época de familia, una época en la que toda la familia encuentra un hueco en la agenda para juntarse. Un hueco que a veces es difícil de encontrar, pero que, por las fechas que son, es fácil de hacer. Villancicos. Polvorones. Turrón. Champagne. El aguinaldo. Tradiciones que de unos años a esta parte se están perdiendo en detrimento del alcoholismo y la vulgaridad.
Otro de esos significados de la palabra Navidad que hoy en día están olvidados es la palabra "descanso". Hay quienes piensan que, como las vacaciones navideñas son cortas, hay que aprovechar hasta el último minuto de fiesta. Nada más lejos de la realidad. ¿Qué hay más recomendable en Navidad que quedarse en casa, con una película, palomitas y buena compañía, alrededor de un brasero? Aprovechar estas fechas para descansar es algo muy recomendable.
Pero no hay que olvidarse de los valores tradicionales: los amigos, la fiesta... En Navidad se juntan, al igual que pasa con la familia, todos los amigos. Y, aunque casi siempre es para bailar, beber y divertirse en una discoteca o similar para festejar, también hay que encontrar el hueco para dedicar a una charla de una o dos horas con personas que llevas muchísimo sin ver y que deseas ver. La fiesta es algo tan normalizado en la Navidad actual, que quizás no hace falta casi ni hablar de ella. Pero sí. La Navidad es una época especial, una época de etiqueta. No vale en estas fiestas ir en vaqueros, sudaderas y sucedáneos. Sed elegantes, la Navidad lo requiere. Un traje de chaqueta, un vestido de fiesta, glamour. Aunque vayáis de fiesta a un garito sucio y desnutrido, demostrad que os importan estas fiestas y que sois gente de cierto nivel socio-cultural. Y la elegancia es fácil de encontrar en pequeños detalles, solo depende de nuestra actitud ante ella.
Por supuesto, no hay nada que calce mejor con la elegancia que una bonita sonrisa. Acompañaos siempre de una sonrisa en estas fechas tan importantes, haced que esa sonrisa se contagie. Da igual el frío, da igual si llueve o nieva, lo importante es como nos sintamos en nuestro interior, y si os sentís bien con vosotros mismos, podéis hacer felices a muchas personas.
Dejad de lado viejos enfrentamientos. La Navidad es una época para la alegría, para la paz. Los malos rollos solo harán que estas fechas se deterioren para vosotros mismos. Pedir perdón es una bonita acción navideña. Abrazar. Besar. Bailar. Reír juntos. Brindar. Pero sobre todo, con la mejor compañía.
Hay tantas cosas por hacer en estas fechas, que quizás parezca difícil. Ayudar. Descansar. Demostrar cariño. Comer polvorones y turrón. Beber cava, champagne y similares. Cantar villancicos. Sonreír. Abrazar. Querer. Besar. Bailar. Sonreír otra vez. Brindar otra vez. Salir por ahí. Pedir un temazo. Invitar a una copa a alguien especial. Contar historias cotidianas. Visitar a la familia. Dar regalos. Recibir regalos. Dormir. Dormir. Sonreír de nuevo. Pedir disculpas a quien se lo merezca. Hacer que alguien escuche eso que quiere oír de tus labios. No dejar que nadie derrame unas lágrimas. Hacer sonreír a alguien. Bailar más. Desayunar churros con chocolate después de una noche memorable. Parece difícil hacer tantas cosas en tan poco tiempo, pero es fácil. Nuestra predisposición hará que consigamos hacerlo todo y disfrutar de unas navidades, que, hoy por hoy, son muy necesarias. Sed elegantes. Feliz Navidad a todos. (:

lunes, 12 de diciembre de 2011

Ángel Guardián

Anoche tuve uno de esos sueños: un sueño muy real. Tan real, que me desperté entre lágrimas, por lo ocurrido en el sueño. Y, en realidad, lo que ha ocurrido en el sueño no es nada del otro mundo, solo algo que deseo sobre todas las cosas. Quizás lo maravilloso del sueño no haya sido lo que ha ocurrido, sino como. Mientras estaba allí, no tenía problemas de ningún tipo, era libre, mi mente estaba despejada. Doble deseo, pues. Unos días de blanqueo mental, eso es lo que necesito ahora mismo. Pero también necesito acabar con esta agonía, este sin vivir en el que me encuentro. Necesito ver a esa persona, necesito ver que se traga su orgullo y es capaz de abrazarme, acabando con todo, arreglando lo que pasó. Una tontería más en la lista de este blog, pero de vez en cuando, es bueno desahogarse, y si no tienes con quien, como es mi caso, lo mejor es escribirlo.
Todos nos hartamos de las personas, es normal. Puedes estar muy enamorado, pero de vez en cuando, necesitas liberarte de eso, de ser una pareja, necesitas demostrarte a ti mismo que lo que necesitas es estar como estabas, en pareja. Lo mismo pasa con los amigos. Siempre hay peleas, casi siempre tontas. Y pasa que una vez te hartas de todo y decides que se acaba, que ya no vas a poner más empeño en una amistad que solo te da quebraderos de cabeza. Pero, aunque no lo sepas, eso que piensas es pasajero, porque si una amistad es verdadera, nada la va a estropear, ninguna pelea será capaz de ello. Te das cuenta tarde, y, aunque quieres tragarte tu orgullo, ya es casi imposible, ya está prácticamente todo perdido.

En ese punto me encontraba anoche, justo antes de ese sueño, ese sueño revelador. Me doy cuenta de que, aunque no pueda hacer nada por arreglarlo, puedo sentirme mejor conmigo mismo. Estar entre las sombras, la misión del Ángel Guardián, o Ángel de la Guarda, como se le conoce vulgarmente. Puede que nunca recupere eso que perdí, pero trabajaré en la oscuridad para garantizarme a mí mismo que tú estas bien, aunque estés sin mi.
Muchas veces me ha venido una duda existencial a la cabeza: ¿Si yo tuviera un accidente importante, quien o quienes vendrían al hospital a verme? Nunca he tenido claro ese aspecto, y eso es un factor muy importante en la amistad. La visita a un amigo convaleciente, por muy mal que estén las cosas entre vosotros, siempre va a ser gratificante para la amistad, pues se reforzará. Yo tengo muy claro a quién o quienes visitaría en el caso opuesto, pero nunca nadie me ha demostrado la capacidad o predisposición a hacerlo en el caso de estar yo en la cama del hospital. Parece una tontería, pero quizás sea porque es otra rareza de las mías, de esas que nadie, excepto yo, comprende.
Ser amigo de tus amigos no es fácil, aunque todo el mundo lo crea. Solo aquellos que son capaces de decir: -Yo soy amigo de mis amigos, sin reírse, es capaz de serlo de verdad. Ser colega de tus colegas es una cosa, y ser amigo de tus amigos es otra muy diferente. No nos confundamos. Ser buenos amigos requiere tiempo y esfuerzo, y nunca es muy bien visto este hecho. Amigos de sus amigos hay muy poquitos, son una especie en extinción, pues hoy día, cuando muestras más cariño del habitual, rápidamente te tildan de homosexual (con respecto a este colectivo). La mentalidad de la gente no va en progreso, sino en regreso. Algún día todo saldrá a la luz, y nadie dudará más de quien soy, y como soy. Mientras tanto, te cuidaré en secreto, como tu Ángel Guardián.