lunes, 15 de agosto de 2011

M.E.N.T.I.R.A.S


Mentiras. Siempre mentiras. Para la mayor parte de la gente no tienen mucha significación, pues todo el mundo miente. Es algo rutinario, del día a día. Pero a veces las mentiras pueden hacer daño, y no poco.
Todo el mundo ha tenido una vida más o menos normal, casi nadie una vida regida por las mentiras. Cuando te mienten una vez, lo asumes, lo malo viene después. La gente no sabe lo que alguien es capaz de hacer cuando quiere a alguien. Enajenación mental. Es un estado en el que te crees todo lo que esa persona te cuenta, todo sin excepción. Lo malo es cuando te das cuenta de que te está mintiendo. Piensas: "como puede mentirme, con lo mucho que le quiero". Es una sensación insospechada. Te sientes como una mierda, como el último mono del mundo. Quizás esa persona no se haya dado cuenta, pero te ha hecho daño. Mucho daño. Y puede que tu no se lo digas, y eso es peor. Esa mentira se transforma en otra, y luego viene otra, y otra y... Al final estás derrumbado, viendo como esa persona que tanto querías ha pasado a ser una condena.
Por eso pasa que no me gustan las mentiras así. Porque también hay que decir que hay varios tipos de mentiras: las piadosas, las de coña, y el resto. En este resto es en el que yo me paro. Me paro porque son las mentiras que me han dolido durante toda la vida. Me paro porque no es una, ni dos ni tres las que me han hecho, sino más de las que se puedan contar uniendo todas las estrellas del universo. Y me paro porque la gente no se da cuenta de que cuando me hacen una mentira de estas, me duele, y me enfado. Me enfado porque me duele, y porque sé lo que viene después. Después viene otra mentira, y otra, y prefiero enfadarme a tiempo, y conseguir parar la lluvia de mentiras que callarme como antiguamente y que sigan cayendo. A veces la gente no se da cuenta de esto, y creen que no tengo razón y que disculparse es una tontería, pero quizás no sepan mi versión, quizás no sepan cosas como esta.
Conseguir que me pidan disculpas no es por orgullo, es por amor propio, porque no vuela a pasarme lo de antaño. Solo es eso. Siempre, después de saber esto, la gente se da cuenta de que disculparse ha sido lo mejor. Porque aunque no lo sientas, si has hecho algo mal, pedir perdón es lo mejor, sobre todo para no acabar con una relación.

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