lunes, 6 de junio de 2011

¿Quien quiere ser "perfecto"?

¿Que pasaría si cada uno pudiera elegir quien ser? Caos. Todos seríamos quien queremos ser, pero nadie sería quien es en realidad. Raro caso el de alguien que, teniendo la ocasión de elegir quien ser, eligiera ser él/ella mismo/a. Quizás la vida fuera más fácil, quizás no. Todo el mundo se ha planteado alguna vez qué le gustaría cambiar en sí mismo. Es algo habitual en el ser humano: ver los propios fallos y querer cambiarlos. Sería muy fácil decir: "yo, si pudiera, sería alto, guapo, rico y exitoso entre las mujeres". Pero eso sería demasiado superficial. Y esa gente no tendría cabida en este mundo paralelo en el que cada uno es quien quiere ser.
Aquí la gente físicamente no es vista. El físico no está apenas valorado. Lo valioso es como eres por dentro. Ahí está la cuestión de qué queremos cambiar. Porque a muy pocas personas les gusta su nariz, pero no hay muchas a las que no les guste el grado de inteligencia que tienen. Esa capacidad para ver qué queremos remodelar en nuestro cuerpo interior es la que nos hace distintos. Yo, si pudiera, cambiaría muchas cosas:
  • Mi asociabilidad. La facilidad para relacionarse con los demás es algo muy importante, y en mi caso es una facultad bastante limitada. 
  • Mi cabezonería. No me gusta tener que ser siempre el que lleva razón, es algo que mi mente hace independientemente de mis intereses. 
  • Mi primera impresión. La primera impresión es algo que siempre se tiene presente. Para mí tiene vital importancia. La primera impresión que me causes es la que voy a tener durante bastante tiempo. Además, la primera impresión que le doy a las personas no suele ser la que yo quiero. 
  • Mi afán por la perfección. Cual cisne blanco, mi fin último es que todo sea perfecto. Quiero volar sin preocupación, como el cisne negro, ser libre de pensamiento, dejar a la conciencia a un lado. 
Además de otras muchas cosas, por supuesto. Supongo que estas son las más importantes. También suele ocurrir que hay gente cuya cabezonería es tal, que creen que son perfectos. Tan perfectos, que no tienen ningún error, y, aunque sean peores que tú en todo, siempre va a vender lo contrario. Este tipo de gente busca dejarte en mal lugar entre la gente. Sabe de tu superioridad, y prefiere buscar como degradarte para subir su autoestima social. Y lo peor es que hace que dudes de tus facultades. Hace que pienses que no vales una mierda. Si eres lo suficientemente inteligente, tarde o temprano te vas a dar cuenta de la existencia de este individuo, y de sus intenciones. Lo mejor es buscar nuevas opiniones. No, no estas tan gordo como él dice. No, no juegas a fútbol tan mal como él dice, y, además, el juega peor que tú. La gente solo le sigue la corriente porque lo conocen, pero también tienen opinión propia. La justa opinión para decirte que no eres tan imperfecto como te pinta. Te sube la autoestima.
Pero volviendo al mundo de quienes queremos ser, todavía nadie se ha hecho esta pregunta: ¿De verdad existe ese mundo? Claro que no, es algo imaginario, aunque si hay algo que se le parece un poquito: INTERNET. Hoy día, en la red puedes ser quien quieras ser. Puedes ser como Cristiano Ronaldo, o como Amaia Salamanca. En Internet no existe esa timidez a mostrarnos como somos en realidad, sino una cobardía aún peor, que nos hace crear un ser paralelo, distinto, tal y como queremos ser. Pero hay que tener cuidado, pues ese mundo no es permanente, sino temporal. Una vez salgamos de él, volveremos a ser los que eramos. Seres imperfectos.

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