
Lo que a priori podía parecer una simple película de romanos, se convirtió en una lección de lealtad, amistad, e inteligencia. Me sorprendió ver esos valores en una pelicula inspirada en el imperio Romano. Muy conseguido, eso sí. La nobleza del protagonista durante toda la película hace que su compañero de viaje pase de ser un exclavo, a su mejor amigo. Dos personas, dos mundos, dos puntos de vista, dos objetivos, dos caminos que se cruzan. El protagonista decide confiar en su exclavo, dando así una lección de nobleza, y este le devuelve la papeleta, traicionando sus raices por el objetivo de su hasta ahora dueño, ahora amigo. El argumento se centra en esto, nada de amores, solo un par de mujeres aparecen en toda la película. Es dificil, en estos tiempos, ver películas de este tipo: no dedicadas al amor. Me sorprendió claramente ver como no había una mujer entre los protagonistas, y creo que eso hizo que mi primera impresión del cartel fuera que la pelicula iba sobre dos hombres enfrentados, nada más lejos de la realidad.
Me gustan muchisimo los valores de esta película, más de lo que pueda expresar con palabras. Muestran un vínculo que tarda en hacerse pero que si está bien hecho, dura toda la vida. El vinculo de la amistad. Claramente, como la mayor parte de los espectadores, yo tambien pensaba que al final encontraría a su padre. Grave error. Encontró el símbolo que estaba buscando, y además un fiel seguidor para el resto de su vida. Limpió su nombre, y embellezó de manera improvisada la de su acompañante.
Un buen film, que demuestra que en la fábrica del cine tambien hay sitio para los que no creen en el amor, sino en la amistad. Un saludo.
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